domingo, 15 de diciembre de 2013

Había una vez... un circo sin animales

No hay vacaciones que se precien que no recibamos en nuestra localidad alguna compañía circense. Una gran carpa que nos llena de magia y de ilusión, que nos transporta a lugares lejanos, que nos hace reír, soñar… Todos recordamos haber ido al circo de pequeños y seguro que es un buen recuerdo. Y seguro que casi todos los que tenemos hijos ya hemos vuelto con ellos o pensamos hacerlo.

Sin embargo, desde hace ya más de diez años, el circo también va sembrando la polémica allá donde va. Muchas asociaciones, organizaciones y grupos políticos, defienden un circo sin animales, alegando que no se respetan los derechos de los mismos. Consideran malos tratos, entre otras cosas, el hacerles vivir una vida itinerante que les obliga a pasar muchas horas enjaulados. Muchas compañías se están inclinando por mostrar únicamente habilidades humanas en sus espectáculos. Algunas de ellas son ya muy populares como El Circo del Sol.

ilustración
Ilustración de Adolfo Serra

Los defensores del circo tradicional, se basan en que la doma, la domesticación y el amaestramiento son artes. Creen que la falta de información es la que alimenta a sus opositores, ya que lejos de usar animales salvajes, la mayoría de los animales que emplean en sus números, han nacido en cautividad. No ven justo que se permitan caballos para deportes como el polo o las pruebas de saltos y que se quiera amputar al circo de una parte tan fundamental de su espectáculo. Están de acuerdo en que no en todos los circos, el trato que se les da a los animales es el correcto y que debería estar más controlado, pero no prohibido. Y que no se puede generalizar de esta manera.

El debate está servido y si damos un paseo por Google nos hacemos una idea de para donde se inclina la balanza. En seguida encontramos carteles como éstos:

cartel cartel cartel cartel

Y montones de artículos sobre este tema:
[más]

De momento ya hay más de 130 ayuntamientos que, mediante ordenanzas, han prohibido que se instalen circos con animales en su término municipal. En Asturias los Ayuntamientos de Castrillón (BOPA) y Caso forman parte de este grupo. 

¿Qué pensáis vosotros? ¿Pierde su esencia el circo si se eliminan los números con animales? ¿Pierde su magia? ¿Son didácticos para nuestros hijos los números con animales? ¿Les enseñan a amarlos? En el caso de que certificasen que el trato a los animales es el correcto y que se respetasen todos los tratados internacionales ¿creéis que hay que prohibirlos o somo nosotros como público los que deberíamos decidir si queremos o no asistir a este tipo de espectáculos?

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